Esta tarde compré un poco de helado y un paquete de ese pan que tanto te gusta. Pensé que si reconstruía un poco la rutina que solíamos tener, estarías cerca. Hice algunos de las comidas que preparábamos, puse un poco de esa música, me recosté del lado de la cama en la que te abrazaba cada noche. Incluso en esta ausencia tuve que ser cauteloso y audaz para separarme de la memoria de tu cuerpo. Los sueños son despiadados y difícilmente nos dejan descubrir sus mentiras...... no es que no te haya visto, sentido y escuchado, es que toda mi razón me indica que debo convencerme de que aquello es falso y de que no estás ahí. Ya ha pasado mucho tiempo desde que sigo esperándote, que toques el timbre y entres a casa para que charlemos sobre lo que hiciste durante el día. Abrazo al perro, sonrío, como si vieras cómo lo quiero.... son mis inofensivos delirios los que creen que estás cerca.
Me recuesto de tu lado de la cama
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