domingo, 26 de febrero de 2012
Me senté y cerré los ojos y entonces me vi... me vi a mi, lleno, repleto de amor que no había dado, de amores que nunca habían sido amores, rodeado de personas que no me interesaban. Entonces paré... Y me acordé que me habían amado, que había personas que realmente se interesaban por mi.
Me acordé de cada una de las tarde donde me había dedicado a caminar en silencio por la calle, con la cabeza solamente en el canto de los pájaros, sintiendo el aroma de cada una de las flores . .
I =Viajé hasta mi infancia, cuando me sentaba abajo de los árboles para escribir cartas de amor que nunca iba a dar I =, me acordé cuando me escondía atrás de los árboles para ver ese chico que robaba todos mis sueños, mientras que soñaba, vivía una vida nueva, lleno de felicidad, un sueño que no terminaba nunca.
Y fui a mi adolescencia metido atrás de libros que contaban grandes historias de amor, donde yo podía seguir imaginando mi futuro, cada tanto agarraba de nuevo mi cuaderno y escribía una poesía tonta para el amor del momento, ese amor, ese amigo que nunca se había fijado en mi.
Cuando finalmente abrí los ojos me di cuenta que soy una nene que todavía mira el cielo sabiendo que lo puede conquistar cuando quiera, y un hombre que lucha por alcanzar todos los sueños, sabiendo que disfruta cada partícula del tiempo que le fue dado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario